Compartir en
El custodio del fuego
Tente, tiniebla acechante,
tan lejos como mis llamas te ahuyenten.
Retente, te digo, obscuridad incierta,
pues soy el custodio del fuego.
Mío es el secreto del espíritu ardiente.
Puedo hacer huir a las bestias
Mi saber ilumina la noche
y las negras cuevas.
Tente, tiniebla. Tente.